Soledad y silencio
me acompañan,
izan las velas mis versos,
a tu mar navegan
envueltos en la prisa
de una veloz sonrisa,
buscando el consuelo
de tus caricias,
para acostarse en tu piel
y dormir en tus ojos.
Besando las olas van
viajando en un sueño,
con ráfagas de una ilusión
y el alma en deriva.
Implorando a las estrellas
el empuje del viento,
queriendo con su luz
detener el tiempo.
Madruga el aroma…
del encuentro ya siento la brisa,
parten mis desdichas…
se van soledad y silencio.
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