De tener tanta sed
por un deseo infiel,
surgen caricias de mis manos
sudan llamas de tu piel.
Por heridas pasadas
olvidando los agravios,
flotan sueños en mi mente
fluyen lagrimas de tus labios
Del sol que se esconde
de la luna que se asoma,
nacen claros en mi corazón
arrancan sombras de tu alma.
Al final de la vida
en estos otoños viejos,
sangran versos de mi boca
lloran flores de tus ojos.
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